Vivimos en un mundo globalizado en el que las relaciones con otros países y otras lenguas es habitual, no solo desde un punto de vista laboral. Idiomas como el inglés, el francés, el español o el chino son los favoritos a la hora de aprender una segunda lengua.
Encontramos muchas alternativas para adquirir una segunda lengua, cursos como opción para practicar el inglés y adquirir fluidez, por ejemplo. No obstante ¿sabemos realmente las ventajas que obtenemos en nuestro cerebro? Dejando a un lado las ventajas sociales, hay una amplia variedad de estudios que confirman que aprender un segundo idioma aumenta considerablemente nuestra inteligencia. Mejoramos, entre otras cosas, nuestra capacidad de lectura y fluidez verbal, pero también la concentración y la atención, entre otros.
Estudios sobre la adquisición de una segunda lengua
El estudio dirigido por el profesor Ping Li y publicado posteriormente en la Journal of Neurolinguistics, aseguraba que practicar cualquier tipo de actividad, como adquirir una segunda lengua, conseguía fortalecer nuestro cerebro. Cuanto más se utilizan ciertas áreas cerebrales, más crecen y más fortaleza presentan con el paso del tiempo.
Otro estudio desarrollado por el profesor Yang se centró en 39 sujetos angloparlantes que estaban aprendiendo un segundo idioma. El experimento duró seis semanas. Se realizó, así, un escáner de sus cerebros antes y después de estas seis semanas. El resultado fue claro: las personas que aprendieron con más éxito contaban con redes neuronales más eficientes entre las diferentes áreas funcionales relevantes.
Posteriormente, el mismo profesor Ping Li, encontraría que el aprendizaje de un segundo idioma se traducía en cambios significativos en los que, además, no tenía importancia la edad de los sujetos. Es decir, que los beneficios del aprendizaje de un idioma son igual de perceptibles en niños, adultos e incluso ancianos.
Con estos y otros muchos estudios, se ha llegado a una conclusión clara: el cerebro es muchísimo más moldeable y plástico de lo que se creía y sin importar nuestra edad, puesto que se observaban también cambios anatómicos en personas de edad avanzada. Esto podría ser muy beneficioso, pues mitiga los efectos del envejecimiento de la mente.
El crecimiento del cerebro
Ahondemos un poco más en todo este tema. ¿Por qué es interesante aprender otro idioma además del materno? Para empezar, muchas áreas de nuestro cerebro están completamente involucradas en el proceso de detección e interpretación del lenguaje.
Tenemos el área Broca que es el área necesaria para formar y expresar el lenguaje. También el área de Wernicke que es la parte del cerebro en la que procesamos las palabras y secuencias de palabras atendiendo al significado y el contexto.
Luego nos encontraríamos con la circunvolución angular, que es la parte del cerebro que reúne información para interpretar palabras y conceptos. Finalmente con la corteza insular parte esencial para la producción del habla y el control articulatorio.
Para entender cómo funciona nuestro cerebro, todas estas partes trabajan juntas en una única red que es la responsable de procesar palabras y secuencias de palabras para poder establecer el contexto y el significado. Un área del cerebro común que tiene como finalidad última habilitar nuestras capacidades de lenguaje receptivo y expresivo.
Hay suficientes evidencias que aseguran que al aprender un segundo o tercer idioma, obliga a nuestro cerebro a aumentar estas regiones, las relacionadas con el lenguaje. Por tanto, cualquier persona que esté practicando un idioma nuevo que no sea su idioma natal, está experimentando en este preciso momento un crecimiento de su corteza cerebral y su hipocampo.
La memoria de trabajo
El concepto de memoria de trabajo también es interesante tenerlo presente. Esta memoria de trabajo es una estructura cognitiva que afecta o se forma por varias partes del cerebro. Digamos que es una zona de nuestro cerebro en el que se estructura un trabajo temporal: procesar, manipular y almacenar información. La antesala de muchas otras funciones.
Según las investigaciones, las personas bilingües son capaces de desempeñar mejor diferentes tareas que requieren la memoria de trabajo. Además, frente a las monolingües, tienen una tasa de respuesta más rápida y muchísima más precisión.
Aprender un segundo idioma, por lo que estamos viendo, cuenta con más beneficios que los sociales. Si nos proponemos estudiar otro, a medida que avancemos iremos ampliando nuestra memoria de trabajo.
Inteligencia verbal y no verbal
Por un lado tenemos la inteligencia verbal, que habla de la capacidad de un individuo para usar más de un idioma y expresar así correctamente sus pensamientos y sentimientos. Los estudios defienden que los multilingües pueden demostrar una mayor inteligencia verbal que los monolingües. Asimismo, tienen mayor gama de habilidades mentales.
¿Más ventajas? Sí, en la inteligencia no verbal. En esta inteligencia nos encontramos con habilidades cognitivas que realizamos sin usar el lenguaje. Aunque no lo creamos, tareas como pensar en ideas abstractas, reconocer secuencias visuales o comprender información visual puede verse beneficiada con un cerebro multilingüe; y es que los estudios han revelado que estos cerebros tienen mejores condiciones para realizar estas tareas cognitivas.